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Respetando la naturaleza de cada especie podremos lograr convivir en armonía. Recordemos el perro necesita: Ejercicio- Disciplina- Cariño... y en ese orden!.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Callejero - Alberto Cortes

Nota publicada en "Los Perros primero" que, gracias a que mi compañero Carlos (del grupo de voluntarios del refugio de perritos) la enviara por e-mail pude leer, la comparto con uds. disfrí¡útenla!

“… callejero por derecho propio”


"Callejero" es una canción sobre Fernando
Sin dudas una de las canciones que siempre ha identificado al activismo por el cuidado de la “fauna urbana” es aquella que inmortalizó Alberto Cortez dedicada a Fernando, un perrito blanco que por allá de la década del ’50, caminaba sin despegarse de un forastero que llegó a Resistencia con solo una guitarra (y el perro) a su lado. Se hizo tan célebre en la ciudad, que hasta se dice que el mismo gobernador del Chaco lideró la procesión fúnebre de este maravilloso can comunitario que no se perdía una sola velada en la que siempre era bienvenido. Esto se puede escuchar en la letra de la canción:
«Era callejero por derecho propio, su filosofía de la libertad fue ganar la suya sin atar a otros y sobre los otros no pasar jamás. /Aunque fue de todos nunca tuvo un dueño que condicionara su razón de ser, libre como el viento era nuestro perro, nuestro y de la calle que lo vio nacer. /Era un callejero con el sol a cuestas, fiel a su destino y a su parecer, sin tener horario para hacer la siesta y rendirle cuentas al amanecer. /Era nuestro perro y era la ternura que nos hace falta cada día más, era una metáfora de la aventura que en el diccionario no se puede hallar. /Era nuestro perro porque lo que amamos lo consideramos nuestra propiedad y era de los niños y del viejo Pablo a quien rescataba de su soledad. /Era un callejero y era el personaje de la puerta abierta en cualquier hogar, era en nuestro barrio como del paisaje, el sereno, el cura y todos los demás. /Era el callejero de las cosas bellas y se fue con ellas cuando se marchó, se bebió de golpe todas las estrellas, se quedó dormido y ya no despertó. /Nos dejó el espacio como testamento, lleno de nostalgia, lleno de emoción, vaga su recuerdo por mis sentimientos para derramarlos en esta canción»
Y así como a diario vemos estos maravillosos seres, a los que algunos corazones dejan entrar en sus hogares, mientras otros corren si mirar, no cabe ninguna duda de que la realidad de los “perros de la calle” nos involucra a todos. Somos responsables de nuestra indiferencia y comodidad, de nuestra ignorancia y crueldad, y todo ésto nos obliga a procura-les a los demás un mundo mejor, y todo ésto es lo que nos hace “ser humanos“.
‘Aντισθένης
«En 1954 (y en un momento de alarma social, pues habíanse producido muertes de niños por mordeduras de perros), la vacuna antirrábica llegó al Chaco. Se estableció la obligatoriedad de vacunar a todos los canes. En la Municipalidad se llevó a cabo el cometido, y a la Municipalidad acudió Fernando sin que nadie lo llevara. Por propia voluntad dejó que el doctor Andreu lo inmunizara. Tal actitud, impropia en un animal, obtuvo su justo premio: le concedieron la patente número uno, y lo nombraron “Primer perro civilizado de Resistencia”.
Sin embargo, la patente número uno ni el título de “Perro civilizado”, lo libraron de un aciago incidente. Una mañana, los hombres de la perrera lo cazaron, y medio dormido lo introdujeron en la jaula del camión. Mas, la providencial intervención de Tatalo Dominguez (campeón chaqueño y argentino de boxeo) y de Moisés Zaín (promotor de espectáculos artísticos y deportivos) trastocó las cosas, porque además de reprender a los perreros, instaron a otras personas a unirse a la protesta. Se armó un alboroto. Hasta que una mano anónima abrió la puerta de la jaula. Entre los aplausos y las risas de la gente, Fernando, como un balazo se metió en el Sorocabana seguido por el resto de perros capturados.
En el Bar La Estrella, una noche de invierno oíase una audición de tangos, que el bullicio y la humareda no invitaban a escuchar. O al menos eso pensó uno de los dueños del bar, ya que apagó la radio. Al instante retumbaron los ladridos de Fernando. Se hizo un breve silencio. Conectaron nuevamente el receptor. El perro se calló y se tumbó junto al mostrador a deleitarse con la música.
Una mañana muy temprano, la Plaza 25 de Mayo tembló con los ladridos de Fernando. Los taxistas que estaban en la parada acudieron a ver qué ocurría, y encontraron un señor mayor tirado en el suelo. Uno de los taxistas, hábil en primeros auxilios, le practicó ejercicios de reanimación. Luego, en uno de los taxis llevaron al anciano al Hospital Perrando. A Fernando le impidieron el paso, mas él quedó merodeando. Los taxistas regresaron contentos; el señor, que había sufrido un infarto, se salvó.
Aún se recuerda su “colaboración” con el Coro Polifónico de Resistencia (galardonado dos veces en certámenes internacionales en Italia: Arezzo-1968, y Pescara-1974). Ocurrió en el Teatro Sep. Iba a dar comienzo la función y Fernando subió al escenario. Miró uno a uno a los cantantes, y luego de agitar la cola ante la mítica directora, Yolanda de Elizondo, fue a tenderse al lado de la candileja. La señora de Elizondo captó el mensaje de anuencia e inició la actuación.
Durante una representación teatral, y en el momento que la protagonista era acosada por un hombre-lobo, Fernando entró en escena y lamió la cara de la actriz, Delma Ricci, tal si le dijera:
-No tengas miedo, aquí estoy.
En ese punto concluyó la obra. El perrito conoció el aplauso.»
Fuente: http://linde5-galeriadelasletras.blogspot.com/2007/07/fernando-el-perro-que-venci-al-olvido.html
Fuente:http://www.mrmproducciones.com.ar/dummy/index.php?id=179